"Uno de los grandes problemas de la Policía Nacional es la falta de institucionalidad, además de una política de manejo de personal", así lo declaró el analista político José I. Blandón C.
Su reacción se da frente a los tres casos de suicidios, en menos de un mes, por parte de miembros de la Policía Nacional.
Puso de ejemplo que no se justifica como un cabo que gana unos $500 al mes lo envían de agregado a Washington, Estados Unidos, a ganar $10 mil no habiendo aportado nada a la institución.
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¿Cómo queda la moral del resto de los uniformados?, cuestionó el ingeniero. Con una moral por el piso, autorespondió.
Otras situaciones dignas de analizar
De acuerdo con el analista político, también urge analizar la distribución del personal. Toda vez que, se refuerzan las fronteras, se queda poco personal en las ciudades y se le da a los uniformados más turnos de los necesarios.
Cuando algo sale mal, son las unidades a las que se le montan cuadros y le dan días de detención.
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Torrijos lo decía, pero hoy eso no lo toman en cuenta
Recordó que el mismo general Omar Torrijos decía "no hay nada más absurdo que estar poniendo preso a los muchachos por cualquier arrebato del jefe".
Lamentó esta desproporción donde las unidades muchas veces hacen turnos, a veces no hacen nada, pero se mantienen en el lugar por cumplimiento.
Toda esta presión laboral se la llevan a casa y esto desencadena en casos de violencia doméstica.
Recordemos que estos uniformados salen a las calles a enfrentarse, en ocasiones, con armas menos sofisticadas que los delincuentes.
En el caso de las damas son asediadas, mientras que los varones son insultados, humillados, no gozan del cariño de la gente. No los respetan.
Paralelamente, estos trabajadores de la nación, en el cumplimiento de su deber tienen que esperar a que les llegue una comida o se alimentan mal, no disponen de un lugar para hacer sus necesidades en las calles, reciben dobles turnos, aguantan agua, sol o se mojan.
Contrario tenemos una serie de privilegios que tienen los altos mandos. Por ejemplo, aquellos que se van con jubilaciones de 10 mil y 7 mil dólares o les pagan por no hacer nada.
Por todo lo anterior, Blandón destacó que quienes dirigen la Policía Nacional se han olvidado de su gente.
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Curiosamente, citó que Estados Unidos se ama a sus fuerzas armadas, pues son los hombres y mujeres que están en defensa de su seguridad.
Ante esta realidad, Blandón instó a que la lealtad de la Policía no debe ser hacia un presidente, sino hacia la ciudadanía.
"Si los presidentes creen que aumentando sueldos y creando comisionados vamos a estar mejor, es una equivocación", recalcó Blandón.
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A su criterio la Policía Nacional debe ser un instrumento de la ciudadanía, por lo tanto, se requiere de una reingeniería en la instituación, incluso revisar el tema de las jubilaciones especiales.