Viven presos del miedo
Un montón de cámaras de vigilancia, un policía en la entrada del local y tener vista 20-20 para poder ver alguna situación fuera de lugar, son las únicas armas disponibles con las que cuentan los asiáticos en Panamá para intentar protegerse de la violencia en el país.
En su poco español y evidentemente alterado, Manuel Ching confiesa que el temor es latente. Solo con ver un sujeto de tez morena y con una extraña facha en sus locales, se activan las alarmas de su propia seguridad e inclusive no negó que muchos ya poseen armas para protegerse.
Esteban Cheung, miembro de la Sociedad China y empresario de Mercadeo Étnico, sostuvo que sí existe una preocupación, que se han tenido varias reuniones, pero es poco lo que se puede hacer.
"No es tan grave como en otros países e inclusive no se ha afectado el interés de los asiáticos en invertir en Panamá, pero nadie viene al país en busca de la muerte", aseguró Cheung.
Mientras que ayer en el Parque del Recuerdo, ubicado en Milla 8, distrito de San Miguelito, familiares y amigos despidieron a la menor de 17 años, de ascendencia asiática, quien fue asesinada el pasado 10 de agosto durante un robo en Rana de Oro, corregimiento de Pedregal.
Queremos más seguridad. a nosotros nos cuesta ganar el dinero como A todos los demás panameños, nos levantamos temprano y desde muy pequeños hacemos diversos oficios.