Si de festejos se trata, el panameño está a la orden del día, pues la fiesta es lo suyo, pero ahora las celebraciones parecen estar condicionadas con ciertos detalles que no convencen a todos.
Y es que atrás quedaron aquellos festejos en los que el cumpleañero era sorprendido con regalos a criterio del invitado. Ahora, la también denominada fiesta de traje se mezcla con los parking en restaurantes en los que el anfitrión escoge el sitio y cada invitado se paga lo que consume. A esto se le suma la vaca para costear el consumo del cumpleañero (a) y el regalo para no llegar con las manos vacías.
Solo bastó lanzar la interrogante en un grupo de Whatsapp solo de chicas para escuchar cada comentario, opinión, queja y sugerencia.
Si tú me estás invitando, por qué tengo yo que pagar lo mío si cuando yo lo hago en mi casa, en restaurante o en cualquier lado yo corro con todos los gastos porque quiero que tú compartas conmigo, dice Nicole Pino, de 24 años, quien en más de una ocasión ha participado de estos eventos. El significado de compartir ha cambiado, afirma la joven. Pero ella rescata como excepción las reuniones informales entre amigos en las que sí ponen entre todos para picar o beber.
Pero Nicole va más allá, pues indica que antes los anfitriones entregaban las invitaciones personalmente, ahora se anuncia el lugar, diciendo que la entrada, la botella o el menú es tanto.
Podrá ser mucha moda, pero jamás haré una cosa así que el resto pague
mejor no hago nada, dijo otra chica.
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