La cantante brasileña Anitta perdió 200.000 seguidores en Instagram y fue blanco de mensajes de “intolerancia religiosa” un día después de anunciar el lanzamiento del videoclip de su canción ‘Aceita’, en el que hace un homenaje a la religión afrobrasileña del candomblé.
La artista lamentó los mensajes de “repudio e intolerancia religiosa” y advirtió de que si la sociedad continúa “exigiendo que el otro piense de la misma forma”, el mundo “acabará en una guerra”.
El videoclip está grabado en un ‘terreiro’, lugar de culto del candomblé, ubicado en Río de Janeiro y muestra rituales y símbolos de la religión, acompañados por una música que cuenta la historia de entidad espiritual que sale a la calle para celebrar sus hazañas.
“He hablado de mi religión infinidad de veces, pero parece que dejar una obra artística en mi catálogo para siempre era demasiado para alguien que no acepta que los demás piensen diferente”, afirmó la cantante.
Diversidad religiosa
Sin embargo, Anitta defendió que tiene “fe”, no “miedo” y explicó que en el video musical también incluyó elementos del catolicismo, religión mayoritaria en Brasil, como rosarios o imágenes de vírgenes.
Según declaró en el comunicado del lanzamiento del videoclip, Brasil es “un país con varias identidades. Aceptarlo es ser tolerante, respetuoso y amable. El álbum ‘Funk Generation’ tiene mucho que ver con esta identidad brasileña que me inspiró para convertirme en artista. Y nuestra diversidad religiosa forma parte de ella”.
La cantante brasileña ya había despertado las críticas de su público brasileño tras el lanzamiento de la canción “Savage Funk”, cuya letra fue tachada de soez en redes sociales.
Brasil, un estado predominantemente cristiano, registró un aumento del 80 % de las violaciones de derechos humanos relacionadas a la intolerancia religiosa en 2023, según datos del Ministerio de los Derechos Humanos y la Ciudadanía.
La violencia, que afecta especialmente a las religiones de origen africano, se plasmó en 2.124 denuncias realizadas al teléfono de atención del Ministerio a lo largo de todo el año.
Las religiones afrobrasileñas, como el candomblé y el umbanda, son minoritarias, las profesa el 0,3 % de la población, según datos oficiales.
Se legalizaron en 1891, pero permanecieron marginalizadas y perseguidas hasta mediados del siglo XX y sus fieles todavía enfrentan discriminación.