Hace poco surgió una gran controversia debido a que la firma de lujo española Balenciaga publicó imágenes inapropiadas en sus redes sociales oficiales. Tal fue el furor que la compañía pidió perdón por las fotos, pero la gente no estaba satisfecha. En esas fotos, salían niñas cargando osos de peluche llevando puestos arneses del estilo BDSM, el grupo de prácticas eróticas donde se incluye elementos como el sadismo y el masoquismo.
Los anuncios al parecer anunciaban la nueva colección Primavera / Verano 2023 de Balenciaga, debutando en la Semana de la Moda de París. Llamado Balenciaga Gift Shop, mostraría a niños con la línea Balenciaga Kids.
“Nos disculpamos sinceramente por cualquier ofensa que haya podido causar nuestra campaña navideña. Nuestros bolsos de peluche no deberían haber aparecido con niños en esta campaña. Hemos retirado inmediatamente la campaña de todas las plataformas”, fueron las palabras de la empresa dirigida por Demna Gvasalia en un comunicado publicado en su Instagram.
La misma Balenciaga pidió disculpas por mostrar imágenes “inquieteantes” luego de que una de las fotos pareciera mostrar un extracto de un fallo judicial relacionado con la pornografía infantil. Era el documento del caso Ashcroft v. Free Speech Coalition, sentencia que anuló porciones de la Ley Federal de Prevención de la Pornografía Infantil.
“Nos tomamos este asunto muy en serio y estamos emprendiendo acciones legales contra las partes responsables de crear el set e incluir elementos no aprobados para nuestra sesión de fotos de la campaña de primavera 23. Condenamos enérgicamente el abuso de los niños en cualquiera de sus formas. Defendemos la seguridad y el bienestar de los niños”, declaró Balenciaga en un comunicado.
El último viernes, Balenciaga demandó a la empresa North Six, Inc. y el escenógrafo Nicholas Des Jardins. Buscan una compensación por la mala imagen dada por la publicidad engañosa. Los abogados empleados por Balenciaga afirman que North Six y Des Jardin incluyeron los papeles del juicio sin su conocimiento, un acto “malévolo”, en sus palabras.
“Como resultado de la mala conducta de los demandados, el público –incluidos los medios de comunicación– han asociado la imagen de Balenciaga con un tema repulsivo y profundamente inquietante”, se explica en la demanda.
Las fotografías las tomó Gabriele Galimberti, fotógrafo de National Geographic, quien ha publicado su opinión de los hechos. “Como fotógrafo, sólo se me pidió que iluminara la escena dada, y tomara las fotos de acuerdo con mi estilo característico. Como de costumbre en un shoot publicitario, la dirección de la campaña y la elección de los objetos mostrados no están en manos del fotógrafo”, explicó.