Panamá formó el "Problema", bailó "Limbo" y la "rompió", así como también pidieron mucha "Gasolina" pa' sus autos. "La última vuelta" de Daddy Yankee dejó sorprendidos y sin palabras a muchos; se puede decir que presenciaron el mejor concierto de sua vidas y que han realizado en Panamá.
Las puertas del Rommel Fernández se abrieron desde tempranas horas de la tarde para recibir a miles de fans sedientos por el reguetón y el mambo del Big Boss. Aunque estaba lloviendo y muchos no tenían fe de que el clima iba a dejar gozar, ya la gente se equipaba con capotes de colores que vendían buhoneros en los predios del estadio a 5 dólares.
Un ballet folclórico, Comando Tiburón sin Magnético y Nando Boom salieron a escena. Y quién más que ellos que han recibido respeto y admiración del mismísimo Daddy Yankee.
El reloj marcaba las 10 de la noche y de repente se apagaron las luces para darle espacio a drones que sobrevolaban el recinto. En el cielo aparecieron letras alumbradas que formaban diversas palabras, entre esas: Big Boss, la última vuelta, Panamá, nuestra bella bandera y demás.
La gente ya estaba clara de que este man no venía con un show básico.
Y así fue... minutos después salió en escena la leyenda viviente del género urbano en el ala de su avión que aterrizó en pleno escenario para que cantara el intro del disco "Legendaddy", con el que despide su carrera musical.
"Limbo", "Somos de calle", "Gasolina" y otras plenas icónicas de su carrera retumbaron en el Rommel. La gente no paraba de bailar, es que Daddy fue pura adrenalina, estaba cogío en gasolina.
En todo momento interactuó con su público, bailó y cantó igualito a los temas de sus discos.
Hubo artistas invitados, sí, porque en las pantallas aparecían cada artista con quien él ha colaborado. Todos formaron parte fe esta fiesta, aunque no físicamente, pero el que sí estuvo presente fue Sech.
deYankee stacó que el panameño es uno de los mejores que ha parido Panamá en este tiempo, que lo quiere y que tiene mucho talento.
El Big Boss destacó que respeta mucho rste suelo patrio porque demostró quién era desde el inicio de su carrera. En la pantalla gigante apareció también el lugar donde nació y donde se crió cuando era un "chamaquito". Desde chico tenía muchos sueños, pero el mayor era convertirse en artista. Aquí fue donde interpretó Somos de calle.
La pirotecnia, las luces, los colores y efectos especiales hicieron de este show uno inolvidable. Daddy se coronó como el Dios del reguetón, una leyenda.
Fueron dos horas y minutos de puro show, adrenalina, sudor, fuerza y coreografías con un gran equipo de bailarines que hicieron lo suyo en escena con más de 50 temas icónicos del artista.
Yankee invitó a bailar a algunos fans al escenario con una canción, mientras que otros aparecieron en las pantallas gozándosela.
El evento cerró a las 12 medianoche con "Gasolina", una canción que rompió con todas las barreras y cambió el género por siempre. De repente un espectáculo de fuegos artificiales llenaron el cielo para cerrera la noche con broche de oro y demostrar una vez más que el que manda en el género se llama Daddy Yankee.