Rocío Moreno y Paulo Londra están separados y la influencer brindó detalles de la separación en diálogo con Teleshow. Ella se encuentra en Córdoba, donde transita por el octavo mes de su embarazo (segunda hija con el cantante) y él se encuentra en Estados Unidos por cuestiones laborales.
“Después aparece Isabela y felices, porque siempre tuvimos proyectos de familia grande, sobre todo él. Ella nació en julio del 2020, en plena pandemia. Tuvimos una crisis muy grande, pero él se mostró arrepentido y me pidió disculpas, hizo muchas promesas, apostamos a la familia y proyectos, creí sus promesas y decidí apostar”, recordó Moreno a la hora de contextualizar cuándo comenzaron a surgir sus problemas.
Durante la charla Rocío confesó que transitó sola su segundo embarazo. Que Londra no la acompañaba ni a los controles habituales ni a llevar al pediatra a su hija mayor.
“Tuve miedo por el embarazo, porque una vez me dejaron internada porque no me bajaba la presión, y tenía contracciones recurrentes, sola en la casa sin tener a alguien cerca para ayudarme a bajar la escalera. Ahora mi familia me ayuda con Isabela, pero antes lo pasaba sola porque me daba vergüenza o no quería que me dijeran ‘qué haces ahí’”, reconoció.
“(Paulo) Se despertaba a las 17.00 o 19.00 y se cruzaba a tomar mate de los padres, estaba muy poco acá. Los primeros meses de embarazo estás muy cansada... él con los amigos, recuerdo una madrugada, yo descompuesta le pedí que volviera para ayudarme (estaba con su hija de un año) y dijo que llamaba para fastidiarlo, terminé jugando con Isabela descompuesta y apareció a la mañana. Yo no soy de esas personas como me dijeron de su familia que ‘mientras tenga la plata y el pan’ no me tengo que preocupar, no quiero eso para mis hijas”.
“Yo no quiero estar mal, no debo permitírmelo porque tengo una bebé y otra en camino y no puedo transmitir angustia a la bebé que tengo en la panza”, explicó la joven quien asegura que no sabe cuándo Paulo regresaría a la Argentina, o si estará o no en el parto de su segunda hija.
“No estuvo antes cuando lo necesité, no es algo que espero, dadas las circunstancias hoy en día me doy cuenta que muchas situaciones no se pueden naturalizar. Toqué fondo cuando se fue a Estados Unidos y me enteré por las redes. No está bien lo que estoy viviendo, no puede ser que me descompuse y terminé monitoreándome en las guardias, con 17 de presión por circunstancias vividas provocadas por él o por su familia... No elijo vivir así, ni para mí, ni para mis hijas. Hoy tengo unas sensaciones de enojo y angustia... soy una explosión de sentimientos. Ya no sé si me interesa tener esa charla, seguramente la tendremos, hoy digo ¿para qué? Pero la vamos a tener que tener por el bien de las nenas, nos une una relación de por vida, pero ya no hay nosotros”, concluyó.