Como uno más, y como cada año, Antonio Banderas se tomó un tiempo para participar en los festejos de la Semana Santa en Málaga, su tierra.
Banderas es un ferviente creyente de la Virgen de Lágrimas, cuya imagen la lleva siempre en su camerino. Así que este año no podía ser la excepción y Banderas participó en la procesión a esta virgen que en Andalucía se le tiene un cariño especial.
Banderas, el actor internacional más importante de España es también el más sencillo, siempre ha sido así. Se le vio muy contento en su tierra Málaga, le cantó a la virgen y se convirtió en un cofrade más.
Banderas se entregó a sus devociones más íntimas, las que ha sentido desde pequeño, las que viven en la Iglesia donde se bautizó o despidió a sus padres abrazado por la «Niña de San Juan”.
Allí estaba Banderas, entre el aroma incienso, con la mirada puesta en la Virgen y el alma encogida por la saeta de Arcángel antes de cruzar el umbral exterior de la parroquia.
Muchos momentos de emoción en los que Banderas siempre asegura que tiene a los suyos muy cerca. Su hermano Javier fue otro de los mayordomos del trono, juntos llevaron a la virgen con el mazo fijado al cinturón de esparto, para los toques de campana, y la capucha bajada para estar solos en la tradición andaluza, donde sin duda es donde con más fervor se vive la Semana Santa en España.