Bad Bunny lidera los ránkings de música latina y su figura ha logrado traspasar fronteras, conquistando no solo al público que habla español, sino también al de habla inglesa. Poco a poco ha conseguido erigirse como una de las figuras musicales más influyentes del momento pero es consciente que, tal y como está diseñada hoy la industria, no puede vivir solo de sus canciones. Por eso ha querido ampliar sus negocios y se ha comprado un equipo de baloncesto, concretamente el de su ciudad natal, San Juan de Puerto Rico.
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Bad Bunny no es el primer artista que adquiere parte de un club deportivo. Drake lo hizo en su momento con los Toronto Raptors, su equipo de toda la vida, y desde entonces ha dividido su presencia entre los escenarios de medio mundo y las canchas de los partidos de la NBA.
En el caso de Bad Bunny, el equipo del cual ahora es propietario es Los Cangrejeros de Santurce, la formación de su ciudad natal, San Juan de Puerto Rico. El trapero se ha unido así a su manager Noah Assab, como socio de la franquicia que dirige el club.
"El compromiso y propósito principal de esta iniciativa es ayudar a fomentar un cambio positivo en la isla. La meta es incitar a promover un mejor futuro a través del deporte, la música y las artes. Como objetivo principal está el incentivar ideas y sueños en la juventud puertorriqueña que provoquen una transformación social auténtica y real", ha declarado el equipo de un comunicado donde se anuncia la incorporación de Bad Bunny como inversor.
El artista ha invertido en Los Cangrejeros de Santurce, de su ciudad natal de San Juan de Puerto Rico.
Bad Bunny amplía de esta manera su faceta de empresario después de haber colaborado con Crocs en el lanzamiento de unas zapatillas de diseño propio y de haber lanzado junto a Adidas dos modelos de deportivas.