La oscarizada Halle Berry ha dejado patente su tristeza e indignación ante el hecho de que, a día de hoy, sigue erigiéndose como la única intérprete de raza negra que ha ganado el premio Óscar a la mejor actriz principal, un galardón que recibió en el año 2002 por su magistral actuación en 'Monster's Ball'.
A diferencia de lo que se dijo en su momento, sobre la forma en que su ejemplo abriría la puerta a otras intérpretes de la comunidad afroamericana, la artista siente que eso no ha ocurrido al margen de que actrices como Viola Davis, Octavia Spencer, Regina King o Lupita Nyong'o se hayan hecho desde entonces con la estatuilla dorada en la categoría de mejor actriz de reparto.
"No he abierto ninguna puerta. El hecho de que no haya nadie a mi lado en este sentido es francamente descorazonador", ha reconocido en su conversación de esta semana con The New York Times, antes de puntualizar, por otra parte, que el palmarés no es ni mucho menos el único criterio que debería medir la calidad o el talento interpretativo.
"No podemos juzgar el éxito o el progreso en función de los premios que tenemos. Los premios son la guinda del pastel, es que tus compañeros y colegas de la industria te digan que fuiste excepcionalmente buena ese año. Pero que no seamos excepcionalmente buenos todos los años no significa que no seamos buenos, que no tengamos éxito, que no estemos cambiando el mundo con nuestro arte", ha reflexionado.