En 2016, el actor de 39 años vivió una de las experiencias más intensas de su carrera profesional mientras rodaba la película 'Silencio' de Martin Scorsese. Andrew era muy consciente de que el director había trabajado anteriormente con intérpretes dispuestos a hacer casi cualquier cosa para dotar de realismo a sus personajes, así que quería estar a la altura.
Como parte del proceso para meterse en la piel de un jesuita del siglo XVII, el protagonista de 'Spider-Man' estudió bajo la tutela de un auténtico sacerdote de esta orden religiosa y decidió renunciar al sexo y abrazar una dieta muy restrictiva. Lo que no se esperaba es que eso le hiciera sufrir literalmente alucinaciones según iban pasando los meses.
"Hice un montón de prácticas espirituales cada día, creé nuevos rituales, fui célibe durante medio año y ayuné mucho. Fue increíble. Viví algunas experiencias bastante salvajes. En aquella época aluciné por privarme del sexo y la comida", ha desvelado en el podcast 'WTF with Marc Maron'.
Esto sacrificios acabaron dando sus frutos cuando recibió una nominación al Óscar por su trabajo, pero Andrew quiere dejar muy claro que seguir 'el método', como se denomina a las técnicas de actuación basadas en el sistema Stanislavski, no le daba carta blanca para comportarse como un tirano con el resto del mundo.
"En realidad, se trata de vivir con veracidad en circunstancias imaginadas, y al mismo tiempo ser realmente amable con el equipo y ser humano normal, capaz de dejarlo cuando lo necesitas y permanecer en ese espacio mental cuando quieres permanecer en él", ha matizado para dejar claro que no aprueba la actitud de sus compañeros que se escudan en su reputación de actores de método para convertirse en una pesadilla.