A principios de enero, la familia de la cantante Billie Eilish vivió uno de los momentos más espeluznantes de su vida cuando un hombre, que responde al nombre de Christopher Anderson, trató de irrumpir en su casa californiana. Según el padre de la artista, Patrick O'Connell, el individuo trató de ir un paso más allá en el marco de la estrategia de acoso que llevaba desplegando contra ellos desde el pasado diciembre, ya que se le había visto anteriormente merodeando en los alrededores de la propiedad.
De acuerdo con la información a la que ha tenido acceso el portal de noticias TMZ, la intérprete de 21 años ha decidido emprender acciones legales, solicitando al juez que dicte una orden de alejamiento temporal contra el intruso. Los documentos que han facilitado los abogados de la estrella señalan que su familia tuvo que llamar a la policía hasta en cinco ocasiones, incluyendo el último de los incidentes mencionados, y que semejante nivel de hostigamiento les ha generado a todos "elevados niveles de ansiedad, miedo y angustia emocional".
El mencionado Anderson padece una obsesión insana y enfermiza con la estrella de la música, a tenor de los mensajes de amor que le habría dirigido y de su insistencia en conocerla personalmente. En cualquier caso, Billie ha pedido protección para sí misma y para todos los miembros de su familia. Como se desprende del mismo informe, la artista no se atreve a poner un pie en la vivienda en la que creció junto a su hermano y colaborador Finneas O'Connell, en cuyo dormitorio ambos compusieron los temas de su aclamado debut discográfico, 'When We All Fall Asleep, Where Do We Go?'.
Una prueba incontestable de la inquietud con la que Billie y sus padres han estado sobrellevando la situación se refleja en los entresijos de su último encuentro con Anderson, el pasado 5 de enero. Los agentes que intervinieron en su arresto informaron de que el acosador se presentó en la zona ataviado con una máscara, antes de intentar saltar la verja que da acceso a la puerta principal de la casa.