En 2017, Johnny Depp se separó de su tercera mujer Amber Heard. Dos días antes de que la actriz le pidiese el divorcio, habría sufrido un episodio de maltrato físico por parte de su marido. Como consecuencia, presentó una orden de alejamiento contra el actor en el Juzgado Superior de Los Ángeles, adonde acudió con las marcas de los golpes en la mejilla y el ojo.
Por si fuera poco, durante esta etapa, el actor demandandó a The Management Group por negligencia. Según Johnny, la empresa que gestionaba su fortuna acabó dilapidándola: unos 3.600 millones de dólares de los que no queda casi nada.
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Pero los administradores financieros aseguran que el único responsable de derrochar día a día su dinero fue el actor. Y por eso le piden 560.000 dólares en daños y una declaración judicial que afirme que Depp causó su propia ruina.
Aún conserva su sentido del humor
Para colmo, hace unas semanas, el actor trató de pegarle a uno de los trabajadores del set en el que se encuentra rodando su última película, Labyrinth. Por lo que parece, Johnny llevaba bebiendo todo el día y el alcohol acentuó su lado violento. Una adicción que él mismo ha reconocido a la revista Rolling Stone. Me servía un vodka cada mañana y empezaba a escribir hasta que las lágrimas cubrían mis ojos y ya no podría ver la página. Aún sigo preguntándome qué he hecho para merecerme esto. He tratado de ser bueno con todos, ayudando a todo el mundo y siendo honesto La verdad es lo más importante para mí. Y aun así ha ocurrido todo esto, se lamentó el actor.
En cualquier caso, el protagonista de Piratas del Caribe sigue conservando el humor. Entre tanto drama, el actor trató de reírse de las noticias que lo acusaban de derrochador. Es insultante que digan que me he gastado 30.000 dólares en vino Porque fue muchísimo más, aseguró Johnny.
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