Juan Pablo Medina, famoso actor, reapareció por primera vez con una prótesis tras la batalla de salud que enfrentó, en donde su pierna tuvo que ser amputada para así salvar su vida.
El intérprete habló de este proceso y aseguró que busca disfrutar de lo que ganó –la vida– y no enfocarse en lo que perdió.
En entrevista exclusiva para la revista GQ, el actor Juan Pablo Medina reveló cómo fue que llegó al hospital. Esto mientras estaba en grabaciones de la serie ‘Horario Estelar’.
Aseguró que todo empezó con un dolor de estómago, el cual fue subiendo de intensidad, por lo que tuvo que ser llevado al hospital.
“De repente me empecé a sentir mal del estómago. Llamé al médico de la producción porque sí me encontraba mal, pero sentía la presión de no dejar parada la filmación por respeto al resto del equipo. Sin embargo, el dolor fue a más. Tengo la suerte de que mi padre es médico y pedí que me llevaran con él. Quería estar al lado de mi papá…”.
En su mente solo estaba recuperarse para regresar a las grabaciones, pues estuvo varios días hospitalizado. “En un inicio, el equipo médico pensó que se trataba de una intoxicación. De ahí pasaron tres o cuatro días de los que no recuerdo casi nada. Hasta la fecha me han ido llegando poco a poco recuerdos, como si los hubiera bloqueado por el mismo dolor que experimentaba. El cuerpo y la mente son muy hábiles. Algo de lo que sí me acuerdo es que decían que me tenía que quedar algún día más y de repente despierto y estoy en una cama de sanatorio, volteo y me veo rodeado de cables y máquinas.
Me hicieron una tomografía con contraste y vieron que tenía coágulos en el intestino y en las piernas. Por fin encontraron el diagnóstico definitivo: había sufrido un infarto silencioso. Tenía un coágulo en el corazón y éste aventó coágulos por todas las arterias. Esa fue la valoración. Yo tenía mucho dolor y para poderme operar el intestino y las piernas me tuvieron que dormir. Cuando desperté, me vi todo hinchado, mis manos parecían enormes bolas... Todo fue muy traumático”, comentó.
Al aceptar la decisión, habló con todos sus seres queridos. Recordó que en ese momento sabía que no había vuelta atrás: “Mi papá –quién es médico–me dijo que el hematólogo quería hablar conmigo y me adelantó lo que me iba a decir. Habían prometido rescatarme de los coágulos sin poner en riesgo mi vida, pero que ya me encontraba en una situación grave. Me ofrecían salvarme la vida, pero la solución era la amputación. Y cuanto más tiempo pasara, las cosas se tornarían más y más complicadas, por lo que había llegado el momento de tomar una decisión. Yo aposté por vivir. Reuní a mi familia y les transmití que aceptaba. Todos me apoyaron. No había otra opción. No había vuelta atrás”.
Cuando despertó de la intervención médica, aclaró que se sentía mal. Sin embargo, recibió muchos mensajes positivos y muestras de apoyo que lo llenaron de amor: “Todo el tiempo sentí el respeto de los demás. Era algo muy curioso, porque no quería ver a nadie; pero también quería dar las gracias. Sentía una buena vibra de todo el mundo. Me enviaron videos amigos, sobrinos… Experimenté mucho amor. Eso te da mucha fortaleza. Vi algunos mensajes en mi celular, algo que hasta entonces había evitado por completo, y me quebré. Los mensajes de amor eran muy poderosos y los sentía”.
El famoso detalló a la revista GQ que durante su recuperación le hicieron más estudios, le dieron de comer -pues no quería probar alimento alguno- y contó con la compañía de terapia psicológica, la cual no piensa dejar.
Sobre la prótesis, que ahora porta y con la que apareció en la revista GQ, el actor aseguró que su novia, la actriz Paulina Dávila, lo ayudó a investigar para conseguir una.