El quiebre de la amistad entre Kylie Jenner y Jordyn Woods tomó por sorpresa a los seguidores de la vida del clan Kardashian-Jenner.
Todo ocurrió en 2019 cuando salió a la luz que Jordyn había besado a Tristan Thompson, el novio de Khloé Kardashian, la hermana mayor de Kylie, cuando coincidieron en una fiesta.
Woods entró automáticamente en la lista negra de la familia por aquella traición. Kylie se vio en una posición muy incómoda, donde le tocó elegir entre su amiga y su hermana, y oficialmente se puso de parte de su familia. Sin embargo, nunca renunció a Jordyn del todo.
Al menos así lo confesó en una entrevista en la revista Interview.
"Jordyn y yo siempre hemos estado en contacto a lo largo de los años y nos reuníamos en mi casa para ponernos al día y hablar de todo. Nunca cortamos del todo, y un día, naturalmente, dijimos que queríamos ir a comer sushi sin escondernos", aseguró la menor de la familia Jenner.
Antes de que ocurriera todo el escándalo con Tristan, la madre de Kylie -Kris Jenner- había empezado a preocuparse por el vínculo que unía a su hija y a Jordyn, porque a sus ojos no era del todo saludable. En retrospectiva, Kylie cree que tenía algo de razón.
"Hay una lección de aprendizaje en todo, y creo que de una manera extraña, todo sucede como se supone que tiene que suceder. Estábamos unidas por la cadera, y necesitábamos espacio para convertirnos en las personas que debíamos ser. Yo necesitaba esa independencia y esa confianza porque ella fue como mi manta de seguridad durante mucho tiempo", admitió.