Fergie confesó que en un tiempo estuvo enganchada en las drogas, y culpó al ambiente musical por presionar demasiado a los jóvenes.
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La cantante fue adicta a las metanfetaminas: "Alucinaba a diario. Me tomó un año dejar de tomar esa droga y que los químicos que había en mi cerebro se calmaran", concluyó.