Taylor Swift es una de las artistas más reconocidas de su generación. Y no solo eso: hace apenas unas semanas se graduaba como doctora honoris causa de Bellas Artes en la Universidad de Nueva York. Pero ni los reconocimientos ni los títulos han evitado que la cantante confiese que ha sufrido el síndrome del impostor, el nombre con el que se define a quienes en un momento de su vida ven la realidad bajo un prisma de inseguridad que provoca síntomas de incompetencia laboral.
Taylor Swift ha confesado en un coloquio junto con el cineasta Mike Mills que tuvo el síndrome del impostor mientras dirigía All Too Well: The Short Film. La cantante (que también se ha aventurado en el mundo de la moda diseñando junto a Stella McCartney) presentó su cortometraje en el Festival de Cine de Tribeca de la ciudad de Nueva York. Swift contó que "Siempre fui muy curiosa. Siempre estaba buscando, aprendiendo y tratando de absorber todo lo que podía".
La artista explicó que después de hacer sus primeros vídeos musicales, comenzó a editar y a hacer cambios, y fue dando pasos hasta trabajar en la idea de cada vídeo, hace casi una década. Swift explicó: "Tenía en mi cabeza el síndrome del impostor diciéndome 'Tú no haces eso, hay personas que han estudiado para dirigir'". Pero fue Mike Mills, director de cintas como Beginners, 20th Century Women y C'mon C'mon quien la interrumpió diciendo "Yo no fui a clase para hacer esto". A lo que Swift respondió que ese comentario le tranquilizaba: "¡Oh! Es fantástico saber eso. Me hace sentir mejor".
Tras estrenarse en el mundo del cortometraje y dirigir varios vídeos musicales, Swift confesó que le atraía cada vez más el mundo del cine. "Sería fantástico escribir y dirigir un largometraje. No lo veo más grande en términos de tamaño. Me encantó hacer una película tan íntima con un equipo relativamente pequeño, solo un grupo realmente sólido de personas en las que confiaba", explicó.
La cantante también añadió que estar en el set como directora fue "una experiencia muy satisfactoria. Me convertí en una especie de agente secreto para que no descubrieran lo que estábamos haciendo. Todo se discutía y decidía usando palabras clave. Soy un poco rara", confesó la cantante de Love Story.