El don de la música es ofrecido por Dios, y Rubén Blades además de poseer este gran talento, es un hombre que tiene a Dios en su corazón, que es bondadoso y agradecido.
El maestro de la salsa le aclaró a todos esos seguidores que antes de iniciar cada presentación recurre al Señor para agradecerle cada oportunidad y por cada persona que pone en su camino y que disfruta de su música. "Para los que han preguntado si en la foto donde aparezco tomado de las manos con Carlos estamos orando... Nosotros en la banda siempre, antes de empezar un show, concierto, o presentación, oramos para dar gracias por poder trabajar, por la audiencia que nos ha venido a ver, por los que están enfermos, están desempleados, y para dedicar nuestro trabajo al bien del mundo".
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Hace poco, lamentó el fallecimiento de su amigo y colega Carlos Pérez quien perdió la lucha contra el COVID-19.
Dedicar nuestro trabajo al bien nos hace más fuertes, mejores seres humanos y nos mantiene optimistas sobre el futuro del mundo.
Buscamos espiritualmente conectarnos con la fuerza divina universal y aceptar que lo que hacemos en este mundo está dirigido a un propósito superior al de los egoísmos y vanidades terrenales. La idea de Jesucristo, el redentor, siempre nos anima e inspira.
