Casi un año después del bofetón que dio la vuelta al mundo y que se quedará para siempre en la historia de los premios Oscars, la estatuilla que ganó Will Smith como mejor actor por El método Williams sigue sin estar grabada con el nombre del estadounidense.
La tradición marca que cada nuevo ganador de los premios acuda al llamado Baile del Gobernador después de la ceremonia para que graben su nombre en el galardón. Si todo se desarrolla con normalidad, son los propios premiados los que llevan su estatuilla para que así se haga. Sin embargo, la gala del año pasado fue excepcional.
Will Smith nunca llegó al baile el año pasado, después de abofetear a Chris Rock en el escenario al bromear sobre la cabeza rapada de la mujer del actor, Jada Pinkett, quien sufre alopecia. El comentario del presentador y humorista no sentó nada bien a Smith, que se levantó para propinarle una bofetada a Rock en pleno directo al comparar a Pinkett con la teniente O'Neil de la película de Ridley Scott.
Tras el bofetón y la reprimenda de Will Smith, el actor se acabó llevando el Oscar a Mejor actor y aprovechó para disculparse con la Academia y con el público. Sin embargo, sus disculpas no fueron suficientes. Como medida disciplinaria la Academia de Hollywood le prohibió asistir a la cita durante los próximos diez años.
A pesar de toda la polémica, Janet Yang, presidenta de la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas, ha dicho un año después que Will Smith era bienvenido si aún quería grabar su nombre en estatuilla del Oscar a Mejor Actor. "Ganó el Oscar, así que debería tener su nombre grabado en él. No sé si debería venir personalmente pero sí, podemos gestionarlo", aseguró Janet Yang en el podcast Awards Chatter.