El ataúd con el cuerpo de Isabel II aterrizaba este martes en Londres, tras fallecer el pasado jueves a los 96 años de edad en el castillo de Balmoral, situado en Escocia. Tras un cortejo fúnebre que ha partido de la catedral de St Giles, el féretro ha sido transportado hasta Londres en un avión militar, donde ha llegado en torno a las 19.00 horas (20.00 horas en España).
Ahora, se encuentra en la conocida como "Bow room", un especio real en el que la reina solía celebrar almuerzos privados y audiencias, hasta que esta tarde salga hacia el Palacio de Westminster en un cortejo fúnebre. Los restos de Isabel II descansan ahora en un féretro de roble forrado de plomo, que fue fabricado hace 30 años.
Pero, ¿por qué se utiliza este material? No es la primera monarca para la que se emplea este material, y es que durante siglos se han usado este tipo de féretros revestidos con plomo para conservar durante más tiempo los cuerpos. Según informa 'I FL Science', los féretros forrados con este metal retrasan la descomposición al ser herméticos y mantener la humedad fuera del mismo.
El féretro está fabricado con roble inglés y forrado de plomo, al igual que el de su marido, el príncipe Felipe, que falleció el pasado abril de 2021. Así lo detalla The Times, donde explican que ni siquiera la empresa funeraria Leverton and Sons, que trabaja con estrecha colaboración con la Familia Real, sabe quién fabricó este ataúd.
La empresa se convirtió en proveedora oficial de la familia real en 1991 y habían heredado este féretro diseñado para la reina Isabel II por la firma anterior que trabajaba con la realeza. "Está hecho de roble inglés, que es muy difícil de conseguir", destaca el director Andrew Leverton a 'The Times'.