Adivinen, amigos, tenemos una nueva reina congo. ¡Sí, señores!
El pasado sábado 12 de noviembre se realizó la transición de poderes y la coronación de la nueva reina congo, su majestad Marcia Rodríguez, de la mano de la reina madre, Alejandrina Lan.
Este hecho se da, luego de que la reina madre estuvo internada más de 20 días en el Complejo Hospitalario Metropolitano de la Caja de Seguro Social debido a problemas de presión arterial. Pero no se alarmen, ya la apreciada Alejandrina se encuentra en su residencia recuperándose; los médicos le recomendaron que se pusiera un marcapasos, pero ella indicó que prefería utilizar la medicina naturista.
Transición
Según nos informó Janina Walters, de la Fundación Arnold Walters, la ceremonia de transición de mando se inició con cantos y palmas, después de lo cual el padre Reynaldo Karamañites hizo la bendición y explicó los símbolos y fundamentos colocados en el Círculo Sagrado (representación del mundo) el cual contenía los nombres de los ancestros (Bayano, Antón Mandinga, Felipillo, Sara Sotillo, etcétera), le ofreció agua a los mismos y los llamó 3 veces con su báculo, y colocó tierra de los 4 puntos cardinales, porque sin tierra no hay reino.
La corona se presentó en una batea de madera pulida. De plata y con imágenes del sol, una escalera que lleva al cielo, figuras mutiladas representativas de los castigos que recibían nuestros ancestros durante la esclavitud, la Cruz del Calvario y otros elementos simbólicos, la corona congo, guardada por años en un sitio seguro, brillaba y atraía las miradas.
Otros elementos que se colocaron fueron espadas, ruda y otras hierbas sagradas, ornamentos de hueso de vaca provenientes de África (en representación de los ancestros), la imagen de la Virgen de Regla (evocando la Madre Tierra y sus aguas sagradas) y la Biblia, porque los congos son profundamente cristianos. Con una paloma vestida del color de la pureza (blanco), Alejandrina entregó el poder a su hija Marcia, la que sentada sobre la tierra de su reino y oculta bajo un velo, se disponía a dar un nuevo paso hacia la luz, pero no sin antes ser ungida abundantemente por el sacerdote, recibir la Biblia y hacer su juramento.
Entre lágrimas y la luz de las velas que fueron entregadas a todos los participantes en signo de la nueva era que comienza, Marcia instó a todos los presentes a apoyarla para preservar la tradición congo y también a celebrar una sola raza, la raza humana, sin diferencias de pigmentación de piel. Alejandrina agradeció a toda su familia y allegados y expresó que el nuevo látigo no es el del amo o del mayoral, sino el del racismo, la indiferencia y la falta de hermandad.