Sus historias e investigaciones han aportado un granito al mejoramiento de la población panameña. Él no soñó con ser periodista, pero en su adolescencia siempre estuvieron latentes esas señales (se ganaba todos los concursos de redacción). No fue hasta en quinto año de la secundaria que vino a descubrir su pasión por el periodismo.
Raúl López Aranda es la pluma humana de Telemetro, y en sus inicios vio una población necesitada, ya que los medios estaban carente de ese espacio para la gente pobre. También sentía que el panameño quedaba con ganas de saber más sobre las noticias del día a día, es por eso que le gusta la investigación.
Con ese interés de investigar y ayudar, Raúl llega a hacer su práctica en Telenoticias Presenta, en RPC televisión (programa investigativo). Desde esos tiempos, sus historias han dejado el nombre de Medcom en alto ya que es el medio para el cual siempre ha trabajado.
¿De qué parte del país eres?
De Llano Sánchez, de Aguadulce, Coclé. Mi familia tiene casa allá. Somos cinco hermanos, soy el cuarto de los cinco.
¿Cuántos años tienes en el periodismo?
12 años.
¿Cuál es el reportaje que más te ha impactado?
He hecho tantos, pero siempre hay uno que te queda. Ese es el de unos niños de Chiriquí, ellos nacieron sin las glándulas sudoríparas; es decir, ellos sudan por dentro, el calor del cuerpo no les sale. Esa historia la narre hace cinco años, ellos tenían seis años. Su problema es tan grave, que en los veranos su papá los tiene que llevar al río para que se refresquen.
¿Crees haber hecho algo por la población durante estos 12 años?
Sí, pues si la gente pensaba que una nota humana no era capaz de generar rating, se equivocaron. Está demostrado que sí se gana rating, eso se ve a la hora de las ediciones. Quizás porque el panameño está consciente de que hay personas que lo necesitan y no porque lo diga yo, sino porque cada día se ve en todo el país.
¿Cada qué tiempo haces reportajes?
Hasta hace poco, uno por semana, pero uno por día. Ahora, hago tres o cuatro por semana.
¿Por qué has estado en bajo perfil todos estos años?
Eso tiene que ver con la personalidad, hay personas que les gusta, otras que no. Pienso que las apariciones de un periodista deben justificarse, no todos los días debes aparecer en televisión, no todos los días debes hacer un show con tu noticia. Yo trato de aparecer en el momento que debo aparecer.
¿Cómo es el día a día de Raúl López Aranda?
Es muy difícil, pues tú planificas, pero una llamada puede cambiar todo. A veces no hay tiempo ni para comer. Los fines de semana piensas que puedes ir a ver a tu familia, pero de último sale una edición que no terminaste a tiempo o un material incompleto. Es muy difícil ver la familia.
¿Tus reportajes han ayudado a esa población necesitada?
Yo informo, pero tengo la suerte de que cuando yo saco una nota humana, llega la gente a donar y muestran su interés por ayudar. Ejemplo, una chica en Penonomé que tenía un problema en su columna y a raíz de mi reportaje, se le pudo ayudar con una operación en los Estados Unidos, se le hizo una casa.
Te explico, yo informo, pero trato que la historia le llegue al corazón de las personas.
¿Cómo haces para tocar el corazón de millones de panameños?
No sé, yo siempre digo que Dios escribe por mí. Soy católico. Es raro que yo deje a mi editor solo; cuando no estoy presente dejo las instrucciones.
La inspiración nace contigo, en mi caso, cuando yo me siento frente a una computadora mis manos se mueven solas, quizás algo que le toma a otra persona días en escribir, a mí me sale en 15 minutos.
¿Cuántos premios has ganado?
Tengo 14 premios, están en Aguadulce todos. Dos son de la Comunidad Europea.
A sus 37 años, el periodista de la voz conmovedora no piensa en matrimonio y tampoco en formar una familia. No cree en las cirugías, él es de las personas que piensa en envejecer con dignidad y soltero.
Para él, la mejor herencia que deja son las cosas bonitas que ha hecho y la gente las recuerda, haber aportado y cambiado la mentalidad de una parte de la población y que algunas personas se hayan beneficiado de sus reportajes e investigaciones.
Sencillo y con un don de gente admirable, Raúl López Aranda concluyó nuestra conversación que seguirá siendo periodista hasta que Dios le de fuerzas. El periodista nace y muere siendo periodista.