Biden tranquiliza a los estadounidenses asegurando que el sistema bancario es seguro
Su comparecencia intentó disipar los fantasmas de la crisis financiera de 2008.
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, mandó un mensaje de tranquilidad a los estadounidenses al recalcar que el sistema bancario del país “es seguro” y aseguró a los clientes de los bancos Silicon Valley Bank y Signature Bank que tendrán sus depósitos.
“Sus depósitos estarán ahí cuando los necesiten”, dijo en una breve intervención ante la prensa un día después de que los órganos reguladores lanzaran un plan para proteger los depósitos del Silicon Valley Bank (SVB) tras su colapso y cerraran otra institución bancaria, el Signature Bank, bajo los mismos parámetros.
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“Los estadounidenses pueden tener confianza en que el sistema bancario es seguro. (…) En mi Administración nada ni nadie está por encima de la ley”, recalcó el mandatario asegurando que el contribuyente no asumirá ninguna pérdida.
El SVB, con sede en California, anunció el pasado miércoles que iba a buscar una ampliación de capital para tratar de hacer frente a dificultades financieras que le habían llevado a deshacerse de inversiones por valor de unos 21.000 millones de dólares, con una pérdida de unos 1.800 millones.
Ese anuncio llevó a muchos clientes a retirar sus fondos, tras lo que los reguladores tuvieron que cerrar el banco el viernes por falta de liquidez. Posteriormente se hundió la cotización bursátil de la compañía, lo que a su vez afectó al sector bancario en Estados Unidos y otros países.
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El Departamento del Tesoro, la Reserva Federal (Fed) y la Corporación Federal de Seguro de Depósitos (FDIC) anunciaron el domingo que los clientes tendrán acceso a partir de este lunes a todo el dinero depositado en el SVB y prometieron un plan similar para el Signature Bank.
Biden avanzó que los gestores de esos bancos “serán despedidos” y recalcó, tal y como habían apuntado los reguladores la víspera, que los accionistas no estarán protegidos.
“Si la FDIC se hace cargo del banco, las personas que lo administran ya no deberían trabajar allí. (…) Los inversores no estarán protegidos. Se arriesgaron a sabiendas y cuando el riesgo falla los inversores pierden su dinero. Así es como funciona el capitalismo”, dijo.
Su comparecencia intentó disipar los fantasmas de la crisis financiera de 2008.
“Debemos reducir el riesgo de que esto suceda de nuevo”, recalcó el mandatario, recordando que bajo la Administración del también demócrata Barack Obama (2009-2017) se pusieron en marcha “duras exigencias” al sector bancario que retrocedieron en la del republicano Donald Trump (2017-2021).
Por ello, señaló que va a solicitar al Congreso y a los reguladores que refuercen las reglas para reducir las posibilidades de que este tipo de colapso suceda de nuevo y para proteger los empleos y los pequeños negocios.
“La conclusión es la siguiente: Nuestro sistema bancario es seguro. Sus depósitos están seguros. Haremos lo que tengamos que hacer”, añadió Biden, dejando claro que el dinero para asumir las pérdidas del SVB y del Signature Bank procederá de las tasas que los bancos ingresan al Fondo de Garantía de Depósitos.
Fuertes caídas en bancos estadounidenses Varios bancos estadounidenses arrancaron la semana con fuertes caídas en sus acciones de Wall Street tras el colapso del Silicon Valley Bank y pese a las medidas de emergencia presentadas ayer por los órganos reguladores bancarios.
En los compases previos a la apertura de la bolsa de Wall Street, el First Republic Bank era el más afectado, con una caída del 62 % en sus acciones, mientras que las caídas también eran pronunciadas en otras entidades bancarias como Western Alliance Bancorp (-61 %), PacWest Bancorp (-24 %) o Zions Bancorporation (-21 %).
First Republic Bank, con sede en San Francisco, ya emitió ayer una nota con la que pretendía tranquilizar a sus clientes, a los que aseguraba que “reforzaba y diversificaba su liquidez” con acceso a nuevos fondos de la Reserva Federal y del banco JP Morgan Chase.
Concretamente, explicaba que el volumen de liquidez disponible y aún sin usar era de 70.000 millones de dólares, cifra que no incluía la cantidad que pueda recibir del plan de emergencia anunciado ayer por la Reserva Federal en un comunicado conjunto con el Departamento del Tesoro y la Corporación Federal de Seguro de Depósitos (FDIC).