El director de la estatal Unidad Nacional de Protección de Colombia, cuya hija de 11 años permaneció secuestrada por unas 48 horas, dijo el lunes que la niña está feliz y que durante el cautiverio prácticamente estuvo confinada a vivir en una hamaca.
"Está francamente feliz, relajadita, jugando con los amiguitos. Ha estado cocinando y en general haciendo lo que le gusta hacer", explicó Diego Mora en entrevista telefónica con The Associated Press.
El jueves por la tarde, cuando salía de recibir clases en un instituto de la ciudad de Cúcuta, capital del departamento de Norte de Santander y a 400 kilómetros al noreste de Bogotá, la pequeña fue abordada por un grupo de hombres que se la llevaron con rumbo desconocido.
De inmediato se despertó la solidaridad nacional y de las autoridades y el presidente Juan Manuel Santos calificó la retención ilegal de la niña de "hecho terrible". Pero en la tarde del sábado, acosados por la presión de la fuerza pública, los secuestradores dejaron libre a la niña.
Según Mora, pese a la actual felicidad de su hija, "está asustadita, afectada de que no le vuelva a pasar nada a ella, de que no le vaya a pasar nada a la mamá o a su otra hermanita. No quiere estar sola en ningún momento".
La niña ha dormido bien las últimas dos noches y debería volver a clases el martes.
"No hemos querido indagarle mucho (sobre los detalles del secuestro). Ella ha ido contándonos cosas, pero no mucho detalle. Sencillamente que la tenían durmiendo, o casi que viviendo, en una hamaca en la mitad del monte, sin agua, sin luz, sin nada. Que le llevaban a veces cosas de comer, pero la verdad es que ella tampoco tenía muchas ganas de comer", relató Mora.
"Ella siempre estuvo solita con esos bandidos", advirtió el funcionario para hacer notar que su hija en ningún momento estuvo con alguna mujer que la acompañara y cuidara.
Sobre cuánto le cambiará la vida a él y su familia luego de la experiencia, Mora hizo hincapié en que "de forma radical. Uno comienza a ver el valor de otras cosas que siempre han estado ahí y que uno nunca había visto. Esto lo golpea a uno y seguramente implicará una serie de temores que antes no teníamos".
En todo caso, enfatizó, la historia de su pequeña demuestra que hay que creer en las autoridades porque "en la medida en que los bandidos se den cuenta de que la gente está denunciando, y que su nivel de amedrentamiento baja, pues tendrán que buscar otra cosa que hacer".
El Ministerio de Defensa y la Alcaldía de Cúcuta habían ofrecido una recompensa de 300 millones de pesos (casi 116.000 dólares) a quienes entregaran información que permitiera dar con la niña y sus captores.
Pero según Mora, esa recompensa no se pagará porque en realidad la pequeña fue liberada por los secuestradores.
La Unidad Nacional de Protección es la entidad oficial que se encarga de velar por la seguridad y protección de unos 9.000 colombianos entre ministros, congresistas, sindicalistas, activistas y periodistas amenazados.
Colombia: niña feliz aunque asustada tras secuestro
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Bogota,colombia/ap