- Temen a las consecuencias de cualquier arresto, aunque sea por un delito leve.
Los entre cuatro y cinco millones de inmigrantes sin autorización que se beneficiarían de las acciones ejecutivas anunciadas el 20 de noviembre por el presidente de EE.UU., Barack Obama, tienen ante sí una gran oportunidad, aunque también muchas dudas, preguntas y suspicacias.
Una de ellas es Nancy Reyes, quien sueña con regresar a México para ver a la hija que dejó allí hace 10 años, pero dice que no se apresurará a acogerse a un plan federal anunciado que la protegería de la deportación y probablemente le permitiría viajar a su tierra natal.
Nunca he pagado taxes (impuestos) y eso me da miedo, dice Reyes, una inmigrante de 29 años que tiene otra hija nacida en EE.UU. y que reuniría los requisitos para acogerse a la nueva medida.
Los inmigrantes deberán pagar una tarifa de 465 dólares, resolver el tema de los impuestos, demostrar que han vivido de forma continua por más de cinco años en EE.UU, que no cuentan con un historial policial y que tienen hijos nacidos en el país o que son residentes permanentes.
Estos requisitos y factores como el miedo a salir de las sombras o el hecho de que las nuevas medidas son temporales podrían frenar a muchos.