Falta de ataúdes en Hong Kong; usan cajas de cartón para enterrar a víctimas de COVID-19
Se diseñan hasta con la religión o los pasatiempos del difunto. El asunto es resolver la urgencia.
¡La cosa ta pelu'a por allá! El brote más letal de COVID-19 en Hong Kong ha cobrado unas 6,000 vidas en lo que va del año, por lo que los ataúdes comienzan a escasear en la ciudad.
Las autoridades se han apresurado a ordenar más féretros, y el gobierno ha dicho que la semana pasada llegaron 1,200 y pronto se entregarán más.
La cremación es una práctica fúnebre común en este territorio debido a la densidad poblacional y las restricciones de espacio, y en general los ataúdes se fabrican de madera o sustitutos de madera.
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En respuesta a la escasez de féretros debido a la pandemia, algunas compañías están ofreciendo alternativas. Un ejemplo es un ataúd de cartón amigable con el medio ambiente.
LifeArt Asia produce féretros de cartón hechos con fibra de madera reciclada y que pueden personalizarse con un diseño exterior. Su fábrica en Aberdeen, un distrito del sur de Hong Kong, puede producir hasta 50 al día.
Su director general Wilson Tong dijo que aún hay cierta oposición a los ataúdes de cartón.
“(La gente siente que) es un poco vergonzoso usar los llamados ataúdes de papel”, comentó Tong.
Pero resaltó que la compañía tiene diseños que pueden reflejar la religión o los pasatiempos del difunto e incluso se puede personalizar el color.
“Así que eso le da opciones más que suficientes a la gente, para que puedan personalizar el funeral y ofrecer una despedida más placentera sin el temor de la muerte”, agregó.
La empresa asegura que sus ataúdes de cartón, al ser incinerados en la cremación, emiten 87% menos gases de efecto invernadero en comparación con los hechos de madera o sustitutos de madera. Cada féretro de LifeArt pesa unos 10,5 kilogramos (23 libras) y puede soportar un cuerpo de hasta 200 kilogramos (441 libras).
Hong Kong ha reportado un promedio de unas 200 muertes diarias durante la última semana, al fallecer de COVID-19 muchos ancianos no vacunados.
La oleada ha incrementado la presión sobre las casas funerarias, y actualmente se utilizan contenedores refrigerados para almacenar temporalmente los cuerpos.