- El caso del obispo puso bajo la lupa las finanzas de la Iglesia católica en Alemania.
El papa Francisco ha decidido apartar temporalmente de su cargo al obispo de la diócesis alemana de Limburg, Franz-Peter Tebartz-van Elst, tras conocerse que el coste de las obras de construcción de la suntuosa residencia episcopal asciende ya a unos 42 millones de dólares.
Esta decisión del pontífice se suma a la apertura de una investigación para esclarecer todo lo relativo al caso de este obispo de 53 años, que ha generado una gran polémica en Alemania, adalid de las políticas públicas de austeridad extendidas durante la crisis por Europa.
El escándalo estalló después de que los medios de comunicación alemanes denunciaran el lujoso estilo de vida del prelado y que el coste de las obras de su nueva residencia episcopal ascendían a unos 42 millones de dólares, frente a los 7.5 millones de dólares inicialmente anunciados.
La lujosa y amplia vivienda cuenta, entre otras, con una bañera en el cuarto de baño personal del obispo de 21,000 dólares y un comedor de 63 metros cuadrados, valorado en casi 3.5 millones de dólares, un gasto contrario al estilo sencillo y humilde que propugna el papa Francisco desde que llegó al Pontificado en marzo pasado.
La Santa Sede explicó ayer, que el pontífice ha sido informado amplia y objetivamente de la situación en la diócesis de Limburg, en la que se ha creado una situación en la que el obispo Franz-Peter Tebartz-van Elst, no puede ejercitar su ministerio episcopal.
A la espera de los resultados sobre la investigación abierta por una comisión, que llevara a cabo un profundo examen sobre la construcción de la sede episcopal, según el Vaticano, el vicario general Wolfgang R sch, quien tenía que haber ocupado su cargo en enero de 2014, administrará ahora la diócesis de Limburg.
La Santa Sede considera oportuno autorizar a Franz-Peter Tebartz-van Elst un periodo de permanencia fuera de la diócesis, indicó la Santa Sede, como fórmula utilizada para anunciar que se apartaba temporalmente al obispo.
Este lunes, el pontífice argentino tuvo tiempo de abordar la cuestión en persona con el propio obispo de Limburg, quien viajó a Roma en un vuelo de la aerolínea de bajo coste Ryanair, como se pudo ver en una imagen publicada por los grandes medios alemanes, que han seguido el caso del prelado profusamente.