El equipo de mineros encargados de excavar manualmente el último tramo del túnel para rescatar a Julen, el niño de dos años que cayó a un pozo en la localidad de Totalán (Málaga, sur de España) el pasado 13 de enero, comenzó su trabajo.
El pequeño cayó en un conducto de 25 centímetros de diámetro y 107 metros de longitud, perforado para realizar sondeos de agua, mientras pasaba un día de campo con su familia.
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Para llegar hasta él, y en una operación sin precedentes en España por su envergadura y complejidad, se abrió un túnel de 60 metros paralelo al pozo donde se encuentra Julen, por el que descenderá el equipo de mineros que abrirá de forma manual una vía hasta el lugar donde se cree que se encuentra el niño.
El plazo inicialmente previsto para llevar a cabo ese tramo final se fijó en unas 24 horas.
Los mineros bajarán al interior del túnel en una cápsula fabricada expresamente para esta operación en grupos de dos y se relevarán cada 30 o 35 minutos.
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En el caso de que se topen con piedra de especial dureza podrían intervenir los especialistas en microvoladuras con explosivos para agrietar la roca.
Los bomberos les prestarán apoyo logístico relacionado con la ventilación y la seguridad de la operación.