Investigadores españoles descubrieron el mecanismo que explica por qué las células del cuerpo humano se pueden deformar de forma extrema, hasta multiplicar por diez su dimensión, sin romperse.
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En un estudio publicado hoy por la revista Nature, los científicos desvelan el misterio de cómo las células se deforman sin romperse, por ejemplo, cuando late el corazón; cuando crecen los órganos en la etapa embrionaria, o cuando invaden tejidos sanos a través de poros estrechos durante la metástasis del cáncer.
El físico e investigador del Instituto de Bioingeniería de Cataluña Xavier Trepat explicó a Efe que descubrieron una nueva propiedad física de las células, a la que denominaron superelasticidad activa.
Esta sería una capacidad inusual para soportar deformaciones extremas de hasta un 1.000 % sin causar tensión y por tanto sin peligro de que se rompan.
Propiedad física de las células
Hemos visto que algunas células son superdeformables y multiplican por diez su área, lo que supone un problema de física e ingeniería interesante, porque pocos materiales pueden deformarse de esta manera, dijo Trepat.
Los investigadores también encontraron en sus pruebas con células humanas y caninas que hay células que se deforman mucho y otras muy poco o nada.
Para Marino Arroyo, catedrático de la Universidad Politécnica de Cataluña y también responsable de esta investigación, la mayoría de los materiales no toleran bien un gran estiramiento.
A medida que se van deformando, intentan volver a su estado relajado inicial, como una goma elástica, pudiendo llegar a romperse cuando la tensión sea muy elevada, explicó.
Por su parte, Trepat subrayó que esta capacidad de las células se debe a su estructura molecular, un esqueleto formado por proteínas que son unas fibras muy pequeñas, lo que les confiere las propiedades físicas para deformarse manteniendo la capacidad de mantener la densidad del polímero.
Explicación sobre el proceso embrionario
Para hacer sus experimentos desarrollaron una tecnología que les permitía tomar capas de células de dos dimensiones y doblarlas y desplegarlas hasta formar un sistema tridimensional.
Conseguimos que las células cogiesen la forma que queríamos a base de doblarlas y desdoblarlas y a medida que se iban deformando comprobamos que unas se deformaban muchísimo, eran como supercélulas gigantes, detalló el físico.
Trepat augura que este avance ayudará a explicar el proceso embrionario y tendrá aplicaciones en la ingeniería de tejidos para conseguir reproducirlos fuera del cuerpo humano y después implantarlos.
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Todos estamos familiarizados con superhéroes como Ms. Marvel o Los Increíbles, que son capaces de deformar sus cuerpos más allá de los límites humanos. Es divertido pensar que nuestras células también son superdeformables. ¡Estamos hechos de células superheroínas!, bromeó Trepat.