Las ranas en peligro crítico de extinción pasan sus últimos momentos en una pecera con agua de la que son extraídas, despellejadas y echadas en la jarra de una licuadora junto con trozos de zanahoria, maca y miel de abeja.
Quedan trituradas en dos minutos y el producto es un jugo espeso de color verdoso que se sirve en vasos relucientes. Nadie repara que esta variedad llamada Telmatobius culeus, extraída del lago Titicaca y en peligro crítico de extinción desde 2004, está en la lista roja de especies amenazadas de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza.
Los enfermos lo beben con fe porque piensan que estos anfibios acabarán con sus males, aunque no existe prueba científica alguna. La maca es un fruto de los Andes peruanos al que también se le atribuyen diversas propiedades curativas.
Sirve para la anemia, los bronquios, el cerebro, cansancio y estrés, dice con convicción María Cruz, vendedora de jugo de rana.