La lucha contra el VIH como amenaza contra la salud pública mundial podría finalizar en esta década, pero requiere de un fuerte liderazgo político y de mayores inversiones financieras, advierte el nuevo informe del Programa Conjunto de la ONU sobre el VIH/sida (ONUSIDA) sobre la evolución de esta enfermedad.
"El camino hacia el fin del sida no es un misterio, sino una elección política y financiera", subrayó al presentar el informe la directora ejecutiva de ONUSIDA, la ugandesa Winnie Byanyima.
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Byanyima aseguró que éste "es el mismo camino que ayudará a las sociedades a estar preparadas para futuras pandemias y ayudará a los países a alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible".
Algunos países ya han alcanzado buenos indicadores
Algunos países como Botsuana, Esuatini, Ruanda, la República Unida de Tanzania y Zimbabue ya han alcanzado los objetivos «95-95-95» de la agencia de la ONU, lo cual significa que el 95 % de las personas con sida en estos países conoce su estado, el 95 % de las que lo saben está recibiendo un tratamiento antirretroviral y el 95 % de las que están bajo tratamiento está consiguiendo la supresión del virus.
"Esto demuestra que podemos acabar con el sida si los líderes mundiales son valientes, si siguen las señales, abordan el estigma y la discriminación, capacitan y trabajan con las comunidades e invierten lo necesario", destacó la exministra de Sanidad de Botsuana y copresidenta de la Coalición Mundial para la Prevención del VIH, Sheila Tlou.
Vergüenza colectiva
Las conclusiones del informe muestran que la financiación nacional e internacional en los países de ingresos bajos y medios se quedó en los 20,800 millones de dólares en 2022, frente a los 29,300 millones de dólares necesarios para 2025.
En este sentido, la directora de ONUSIDA expuso que la discriminación y la falta de inversiones afectan principalmente a los llamados "grupos vulnerables", que incluyen a los hombres homosexuales o que mantienen relaciones sexuales con otros hombres, las trabajadoras sexuales, las mujeres transexuales, los drogodependientes y los presos.
No obstante, el informe establece que esta erradicación no será inmediata, pues en 2022 alrededor de 630,000 personas murieron de enfermedades relacionadas con el sida en todo el mundo, cobrándose así una vida por minuto, algo que la directora de ONUSIDA calificó como una "vergüenza colectiva".