Hace dos décadas que Brisa de Angulo espera.
Tanto, que ya pasó más tiempo desde que su primo la violó -reiteradamente durante ocho meses- que el que ella había vivido hasta entonces. Era una adolescente de 15 en el año 2000, cuando la pesadilla familiar comenzó. Él era diez años mayor.
"Pese a que fui violada y torturada decenas de veces, ni siquiera pasaba por mi cabeza contarlo o pedir ayuda. De hecho, pensé que sería mejor para mí quitarme la vida que contárselo a alguien", relató frente a los jueces de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, donde escucharon su caso por la demanda que presentó contra el estado boliviano por "falta de acceso a la justicia y violencia institucional".
Dijo que intentó suicidarse dos veces, y que cuando finalmente habló y sus padres hicieron la denuncia judicial, en el tribunal le preguntaron por qué no había dicho nada antes.
"No sabía que lo que me pasaba era un delito. Tenía la falsa creencia -que la mayoría de la gente tiene- de que las violaciones ocurren por parte de un extraño en un callejón oscuro".
"Mi agresor, como otros, era muy hábil para mantener el silencio de la víctima. Él era un adulto en mi familia. Era alguien que supuestamente tenía que guiarme y protegerme. Era alguien que debía mostrarme, y yo debía ver, cómo es el mundo a través de sus ojos. A pesar de que lo odiaba (el acto sexual), no podía identificar que era un delito", siguió diciendo.
De Angulo contó que si bien su primo no ejercía violencia física durante las violaciones, en otras ocasiones la golpeaba o la tiraba al suelo y la pateaba.
La llenó de miedo. Sabía de lo que era capaz de hacerle si no actuaba como él quería.
Lo que viene...
Brisa de Angulo fue víctima de abuso sexual por su primo. Sin embargo, cuando ella intentó buscar justicia, el sistema de justicia de Bolivia le dio la espalda y la revictimizó.
Al no recibir justicia por parte del Estado boliviano, Brisa de Angulo recurrió a la Corte Interamericana de Derechos Humanos. Durante el 2022 tuvo lugar la audiencia del caso en la Corte y este 18 de enero de 2023 se dará a conocer el fallo.
La decisión de la Corte será un fallo histórico para la región, dado que es el primer fallo que crearía el delito de incesto, eliminaría la prescripción en los hechos de violación y dejaría un precedente para que los Gobiernos trabajen en diferentes políticas públicas para atender y resarcir a las víctimas de abuso sexual.
La culpa era de ella
La legislación de cada país es diferente respecto a lo que se considera delito o cómo estos son tipificados.
Agresión sexual, abuso sexual, violación, incesto y estupro son algunas de las tipificaciones penales que existen en diversos países de America Latina, aunque algunos no consideran los dos últimos.
Estupro, es decir, tener relaciones sexuales siendo adulto con un menor de edad "mediante el engaño", es por lo que juzgaron al primo de De Angulo en Cochabamba (Bolivia), donde vivía.
No lo condenaron por violación porque no había ejercido violencia física durante las relaciones sexuales.
Pero, al mismo tiempo, las autoridades judiciales bolivianas cargaron las responsabilidades sobre ella, alegando que en realidad era una chica que buscaba a un hombre y que se había enamorado.
Eso no cabía en su cabeza. Solo tenía miedo. Mucho miedo.
En estos 20 años, De Angulo pasó por tres juicios en Bolivia. Ahora el caso está a consideración de la Corte Interamericana, y tiene otro juicio pendiente en Bolivia.
Su primo está suelto. Prófugo.
Ella espera. Espera. Sigue esperando.