El presidente de Ecuador, Lenín Moreno, restableció este martes su Gobierno en la capital, Quito, tras haberlo trasladado temporalmente a la ciudad costera de Guayaquil durante las protestas contra el polémico decreto que eliminaba los subsidios a los combustibles.
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Moreno reapareció en el balcón del Palacio de Carondelet, la sede del Gobierno ecuatoriano, ante una multitud de personas que llenaba la Plaza Grande, la misma que durante las protestas estuvo protegida con varios cercos de seguridad para impedir que los manifestantes llegasen al edificio presidencial.
En el balcón de Carondelet acompañaban al presidente algunos de sus ministros, pues su consejo de ministros no estaba al completo ya que el canciller del país, José Valencia, se encuentra en Washington para tratar la crisis que atravesó Ecuador en el Consejo Permanente de la Organización de Estados Americanos (OEA).
Buscan mejores días
El mandatario ondeó una bandera ecuatoriana con la que simbolizó así la vuelta a la normalidad en Quito, pues hasta en la mañana de este martes permanecía cerrada la Plaza Grande y sus accesos estaban custodiados por militares.
"Me llena el corazón recibir el respaldo de los compatriotas a la paz, a la democracia, a la justicia, al respeto a los derechos", escribió Moreno en redes sociales.
"¡La democracia va! Se fortalece con el trabajo de todos, de agricultores, maestros, artesanos, emprendedores. Con ese apoyo, la paz se recupera", añadió.
Moreno tomó la decisión de trasladar su Gobierno a Guayaquil el pasado lunes 7 de octubre cuando recrudecieron las protestas en la capital, especialmente en las calles aledañas al Palacio de Gobierno.
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El domingo se vio obligado a derogar el decreto que eliminaba los subsidios a los combustibles para que cesaran las protestas que se prolongaron durante días, con episodios violentos como el incendio a la sede de la Contraloría y el ataque a sedes de dos medios de comunicación nacionales.
Este martes entró precisamente en vigor la derogación del polémico decreto, por lo que los precios de los combustibles volvieron a las tasas existentes antes de esta medida.
El decreto estaba dentro de las medidas de austeridad económica emprendidas por el Gobierno ecuatoriano para recibir un crédito de más de 10.000 millones de dólares, de los que 4.200 proceden del Fondo Monetario Internacional (FMI).
Las protestas dejaron ocho muertos según la Fiscalía, aunque el Gobierno dice que son seis, además de más de 1.500 heridos, entre ellos 435 policías y 1.192 detenidos. También quedó dañado buena parte del mobiliario urbano de Quito, 108 patrulleros y 42 ambulancias.