La rana africana amenaza a las especies y los ecosistemas acuáticos de Chile.
Este vertebrado se ha convertido en un verdadero problema en los ecosistemas acuáticos y fluviales de Chile y una amenaza real para las especies autóctonas que viven en los ríos y los lagos, según un estudio de la Universidad Andrés Bello (UNAB), publicado este 28 de mayo de 2019.
Científicos chilenos del Centro de Investigación para la Sustentabilidad (CIS) de la UNAB, junto con la ONG Vida Nativa, publicaron esta información en la revista Management of Biological Invasions para dar cuenta de la expansión de este anfibio en Chile, donde existe la mayor población de esta rana fuera de África.
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Tienen mucho por conocer
Esta especie de rana (Xenopus laevis) es "exótica e invasora", afirma el estudio, y llegó a Chile en la década de 1970 para quedarse, a tenor de los resultados de la publicación.
Los científicos pudieron corroborar que la rana africana puede alcanzar poblaciones con altas densidades de hasta 14 ejemplares por metro cuadrado de superficie de agua.
Y eso ocurre principalmente en los ecosistemas acuáticos de la zona centro del país y, pese a los esfuerzos para controlar su población, se ha confirmado que la expansión ha llegado al norte de Chile.
Los científicos realizaron un plan piloto de erradicación de ejemplares en un área específica del jardín botánico de la localidad costera de Viña del Mar, 125 kilómetros al oeste de la capital chilena.
"Estuvimos yendo cada dos semanas durante tres meses a una poza en Viña del Mar y logramos sacar más de 2.000 ranas, sin embargo la población se mantuvo estable", explicó el director del CIS y uno de los líderes de la investigación, el doctor Claudio Soto.
Esa resistencia de los anfibios ha provocado que más allá de reducir su población, las ranas africanas hayan ampliado su territorio más allá de la que hasta ahora era la frontera que delimitaba su expansión, el río Limarí, casi 400 kilómetros al norte de Santiago.
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Un nuevo descubrimiento ha ubicado ranas de esta especie en el río Copiapó, en pleno desierto de Atacama, a más de 800 kilómetros al norte de la capital.
"Este es el primer registro de la rana africana en el norte de Chile. Resulta muy preocupante porque significa que la rana sigue ampliando su distribución de forma muy rápida, probablemente asistida por el ser humano a través del sector de la agricultura y por la liberación de ranas que se mantienen como mascotas ilegales", añadió Soto.
El problema de la presencia de esta rana en los ríos y lagos chilenos es la amenaza que supone para la fauna de estos lugares, explicó la presidenta de la ONG Vida Nativa, Marta Mora, quien pidió "aumentar el esfuerzo y el apoyo".
"Las mayores amenazas de la rápida dispersión de esta rana por Chile son que aumenta las posibilidades de diseminar el hongo quítrido a los anfibios nativos, y la depredación de peces y larvas de anfibios de nuestro país", indicó Mora.
Este hongo quítrido causa en los anfibios una enfermedad denominada quitridiomicosis, que enferma la piel de los animales, clave para su vida y desarrollo en los entornos húmedos en los que habitan.