La tensión entre el Gobierno francés y el británico por el paso de inmigrantes por el Canal de La Mancha ha registrado un nuevo capítulo este fin de semana, cuando 1.115 migrantes a bordo de pequeñas embarcaciones han cruzado desde Francia con destino al Reino Unido en apenas dos días.
El ministerio británico del Interior difundió este domingo unos datos especialmente elevados que han agravado el malestar y la preocupación de París, que reprocha a Londres falta de compromiso en el control migratorio del Canal de la Mancha que divide ambos países en solo 35 kilómetros marítimos en su parte más estrecha.
Según las autoridades francesas, los intentos de travesía de inmigrantes este 2021 están siendo muy superiores a los de los años precedentes.
Entre el 1 de enero de 2021 hasta el 31 de agosto del mismo año, han sido 15.400 personas las que han arriesgado sus vidas para llegar a las costas del Reino Unido. En 2020, fueron 9.500; 2.300 en 2019 y 600 en 2018.
Actualmente, gran parte de ellos son de nacionalidad afgana y bangladesí, pero también hay muchos procedentes de países del Africa oriental y subsahariana.
En este contexto, el ministro del Interior de Francia, Gerald Darmanin, hizo el sábado unas duras declaraciones en una visita en el norte del país, cerca de Dunkerque, desde donde muchas personas intentan atravesar hacia Reino Unido por sus propios medios.
Darmanin reprochó a Londres no haber honrado sus compromisos financieros para la lucha contra la inmigración irregular consensuados el pasado julio.
"Los 63 millones mencionados por el Gobierno británico, de momento no los hemos visto. Sin embargo, nosotros contratamos más y más gendarmes, adquirimos medios tecnológicos para supervisar esa frontera", criticó el ministro francés.
El alto funcionario apostó por negociar un tratado de inmigración entre la Unión Europea y el Reino Unido para poder estabilizar una situación que Francia sola difícilmente puede contener.
"Somos unos grandes aliados del Reino Unido, pero no vasallos", dijo.
Las relaciones entre París y Londres para contener los flujos migratorios irregulares han sido históricamente tensas, sobre todo desde el Brexit, y hoy en día se rigen por los acuerdos de Touquet, firmados en 2003 por el entonces ministro del Interior, Nicolas Sarkozy.
En ellos, se establece un refuerzo de los controles en territorio francés, lugar de paso casi obligatorio para poder alcanzar el Reino Unido. Allí sus autoridades tienen la facultad de realizar controles complementarios.
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Estos acuerdos han sido criticados por muchas ONG porque, según denuncian, dejan a los migrantes en un limbo indefinido y provocan campos de fortuna como los de Calais, denunciados internacionalmente por su insalubridad.