"Ay, ay, me duele", exclamaba Astinia Bram, mientras observaba cómo la grúa pórtica de mil toneladas de peso hacía crujir su "mula" Lía Priscilla, cuando la sacaba del río Pedro Miguel, en las vías del puente Centenario.
Hace tres años invirtió $25 mil en la compra del articulado, al que llamó Lía Priscilla, nombre de sus dos hijas, y que ayer quedó destruido al caer de lo alto del puente sobre el río Pedro Miguel.
Al ser un vehículo de más de 10 años, solo contaba con una póliza de seguro de daños a terceros, pues aunque Bram quiso un seguro completo, no se podía.