Eran las 9:00 a.m. del domingo 17 de septiembre cuando Mirta Salinas Jiménez envió a sus hijas de 14 y 3 años en un bus de la ruta Panamá-David desde Tolé, Chiriquí, con destino a Panamá.
Las pequeñas debían llegar a la Gran Terminal Nacional de Transporte de Albrook, donde su padre, Bernardo Pinto, las estaba esperando.
En efecto, las hermanitas llegaron a la terminal de Albrook, sin embargo, nunca se encontraron con su progenitor.





