Aaron Carter nunca obtuvo la fama ni el renombre de su hermano mayor, Nick, pero sí se convirtió en una estrella infantil cuyos días de gloria, lamentablemente, van como avión en picada y sin "mayday".
En diciembre cumplirá 30 años, pero su rostro parece el de un hombre de 40. Está delgado, avejentado y con una vida llena de problemas.
A diferencia de estrellas como Britney Spears o Lindsay Lohan, quienes también han estado en el fondo del abismo, el caso de él es mucho más triste porque ni siquiera es ya tan famoso como para que interese su decadencia.