Muchos de los indigentes, orates y personas alcohólicas a los que diariamente se les veía andar por las calles de la ciudad de Santiago han desaparecido como si se los hubiera tragado la tierra. Lo cierto es que se hallan en un mejor lugar que La Placita, la terminal de transporte y el mercado público, que era por donde constantemente se les encontraba.
¿Se puede cambiar?
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José manuel adames
- @DiaaDiaPa