La quise desde siempre, pero ella nunca lo supo. Los años fueron pasando y yo seguí muy de cerca su vida, sus noviazgos, su casamiento. Estuve a su lado cuando nacieron sus hijos y hasta fui el padrino de uno de ellos.
Su rostro se iluminaba cuando me veía, su sonrisa me turbaba. Yo la amaba, pero ella no lo sabía, era mi amor imposible. Nunca me casé, quería vivir para ella. Jamás me atreví a insinuarle nada acerca de mis sentimientos.