Una de las señales que más alarma a los padres es cuando los niños tienen fiebre. Sin embargo, hay que tener en claro que se trata de una fiebre que no se quita aunque el niño tome medicamentos.
Además, pasan los días, hasta una, dos o más semanas y la fiebre no cesa mientras todo indica que no hay causa aparente para esa fiebre.
Otra señal de alerta son los moretones, pero no aquellos por caídas o golpes debido al juego, sino cuando hay muchos moretones acompañados de puntitos rojos parecidos a picadas de mosquito.