El amor hacia la familia debe ser prioridad en nuestras vidas, pero hay quienes se aferran tanto a lo material, que les resulta imposible apreciar ese valor.
La repentina muerte de Ariel Sánchez provocó dolor a sus seres queridos, pero también desintegración familiar porque los ahorros que sus hermanos le habían confiado durante años para que los depositara en una cuenta común, se esfumaron con su partida. No había un documento legal que lo certificara y ese fue el más grave error, porque ahora la esposa e hijos del difunto dicen desconocer el destino del dinero.