El fin de semana realicé mi visita a Portobelo, ya que pasado mañana se realiza la festividad del venerado Cristo Negro. La iglesia estaba, como se dice en buen panameño, de bote en bote; desde ya cientos de personas están llegando al pueblo para ofrecer al santo sus peticiones o agradecerle por alguna gracia recibida.
Siempre es conmovedor ver la fe de muchos, quienes van a escuchar la misa, rezar el rosario con tanta devoción acompañada muchas veces de lágrimas, además de formar largas filas para estar frente a frente con el Santo Negrito y prenderle una vela.