Por más de 45 minutos los residentes de la comunidad El Rosario, en Penonomé, cerraron ayer la vía Interamericana por el pésimo estado de la carretera que conduce al sector y hasta aseguran que han sido olvidados por los gobiernos.

Los afectados indicaron que son siete kilómetros de carretera y nadie les da una respuesta. “Ya ni se puede caminar porque está en pésimos estado y hasta hubo cruce de palabras con los que no estaban de acuerdo con el cierre”.

El presidente de la Asociación de Productores de Arroz de Chiriquí, Santiago Esquivel, indicó que las lluvias no permiten la siembra de 157 mil quintales de arroz. Por su parte el director del Sinaproc, Arturo Alvarado, señaló que una tormenta que azota a Guatemala y Honduras afecta la zona de convergencia intertropical sobre Panamá.

Esquivel dijo que, debido a las lluvias, las tierras están inundadas, perjudicando las cosechas.

Manifestó que mientras siga lloviendo no se podrá cosechar el arroz, ya que debe estar seco para que las máquinas puedan hacer el corte.

Yaritza Yamileth Vega está preocupada, y no es para menos. Ella es una docente de 23 años de edad que trabaja en la apartada comunidad de San Juan de El Limón, de El Harino, en La Pintada, y a pesar de que tiene que pasar por peripecias para llegar a la escuela donde imparte clases, en tres años no ha recibido el viático correspondiente por laborar en área de difícil acceso.

La deuda del Ministerio de Educación con esta docente ya supera los dos mil dólares.

Dedico este espacio a Yonela, María, Carmen, Yanina, Zoila y todas las mujeres que, afectadas por el cáncer, viven una constante lucha por vencerlo. Repentinamente sus vidas dan un giro de 180°, perdiendo energía, cabello, lozanía, excepto las ganas de seguir viviendo.

Son mujeres que en cada recaída se levantan más fortalecidas, con más fe, esperanza y amor por una vida que tratan de disfrutar cada día, hora, minuto y segundo, como si fuera el último de su existencia.

E ra un día caluroso de verano y el niño decidió ir a nadar en la laguna detrás de su casa. Salió corriendo por la puerta, se tiró en el agua y nadaba feliz. No se daba cuenta que un cocodrilo se le acercaba. Su mamá, desde la casa, miraba por la ventana, y vio con horror lo que sucedía. Oyéndolo, el niño se alarmó y vino nadando hacia su mamá. Pero fue demasiado tarde. Desde el muelle, la mamá agarró al niño por sus brazos justo cuando el cocodrilo mordía sus piernitas. La mujer jalaba determinada, con toda la fuerza de su corazón.

“La perfección no es mi meta, es mi punto de partida”.

John Fanemir

Muchos niños saben qué hacer cuando se suscita un hecho violento en su entorno. Esto se debe a las enseñanzas que les han dado sus padres y sus maestros en las escuelas sobre las medidas de seguridad a tomar cuando esto pase.

Los médicos le dijeron a su mamá que no iba a vivir más de 14 años, porque el desarrollo podría ser muy fuerte para él, sin embargo hoy día camina y habla con mucha dificultad.

Su madre, Celia Cáceres, quien se preocupó en cada momento por él, le enseñó que debía ser perseverante y tratar de conseguir las cosas de la mejor manera.

Luego, el 26 de octubre en la Biblioteca Nacional, tendrá lugar una presentación y conversatorio que no deben perderse, del libro "El dulce olor a quemado de la historia.