Esta semana me llamó un lector. Me dijo unas palabras que me emocionaron. Eso suele sucederme cuando se trata del amor entre padres e hijos.
El llegó al lugar de trabajo de su hijo, quien al salir lo besó y lo abrazó ante la mirada de sorpresa de sus compañeros de trabajo.
No faltó quien les hiciera ver que no era común que un hijo adulto besara en la mejilla a su padre ya de cierta edad.