Agradece a la Virgen del Carmen, a la que le enciende una vela todos los sábados.
Llegamos ayer a su casa en la calle Alejandro Posada en Penonomé. Estaba sentada observando el movimiento de hijos, nietos y hasta bisnietos. Los vecinos más cercanos no podían faltar, ellos preparaban una fiesta para la abuela porque están orgullosos de mantenerla con 101 años.





