Mi corazón se llenó de orgullo cuando el fin de semana visité las Esclusas de Miraflores en el Canal de Panamá, al ver la cantidad de turistas de distintas partes del mundo que llegan al lugar con la esperanza de ver pasar esos enormes barcos que cruzan de un océano a otro.
Para mi suerte y la de ellos, justo en ese momento hacía su travesía un barquito lleno de contenedores que, según explicó personal del sitio, debió pagar 200 mil dólares para pasar del mar Caribe al océano Pacífico.





