Cuando pensaste que yo no estaba mirando, colgaste mi primer dibujo en el refrigerador, y deseé pintar otro.
Cuando pensaste que yo no estaba mirando, alimentaste a un gato callejero, y yo pensé que era bueno ser amoroso con los animales.
Cuando pensaste que yo no estaba mirando, horneaste un pastel de cumpleaños para mí, y supe que los detalles son cosas especiales.
Cuando pensaste que yo no estaba mirando, pronunciaste una oración, y creí que había un Dios a quien siempre podría hablarle.





