El papa inauguró el sínodo sobre la familia con una advertencia sobre los riesgos de la codicia del dinero y el poder y los malos pastores -gobernantes y otras autoridades- que cargan sobre las personas responsabilidades que ni ellos mismos asumen.
Con estas palabras se expresó el pontífice durante su homilía, que centró la solemne misa inaugural del sínodo celebrada en la basílica de San Pedro y a la que acudieron sus más de 250 obispos participantes de todo el mundo.





