Las autoridades locales de Baja California comenzaron a evaluar daños y restablecer los servicios públicos, tras el paso del huracán Odile, que dejó dos muertos y tres desaparecidos.
Un residente de la localidad turística de Los Cabos, David García, dijo que el problema ya no es el huracán, sino la violencia que se desató.
Todo comenzó con los saqueos. Empezaron con tiendas pequeñas y después pasaron a los súperes, dijo.





